Durante mil años, entre los siglos X y XX, las mujeres chinas fueron
sometidas a una práctica que tenía como resultado la deformación de los
pies. Esta práctica se llamaba "Pies vendados", a la cual eran sometidas
las mujeres jóvenes a partir de los 6 años y en algunos casos menos.
Los pies eran vendados y apretados de tal forman que no pudieran
desarrollarse normalmente, en su lugar se romperían los huesos y se
reformarían, llegando a medir entre 10 y 15 cm. Hoy en día es una causa
frecuente de discapacidad entre algunas mujeres chinas ancianas. A pesar
del cambio de significado,
la sensualidad inicial, lejos de perderse se
acentuó y el ‘pie de loto’ era considerado la
parte más erótica del cuerpo de la mujer.
El momento propicio para la iniciación era revelado tras una consulta
astrológica, desde ese día y
durante un periodo comprendido entre seis
meses y dos años la hija sentirá un dolor
insoportable, hasta que el nervio se muera y
deje de sentir algún tipo de dolor.
Los pies se ponían en remojo con una mezcla de hierbas y sangre animal para eliminar las posibles infecciones de la piel. En ese momento su propia madre le rompía los 4 dedos más pequeños y los aprisionaba contra el talón para luego vendarlos con seda o algodón. Este ritual se repetía cada dos días con vendas limpias y durante 10 años.
Los pies se ponían en remojo con una mezcla de hierbas y sangre animal para eliminar las posibles infecciones de la piel. En ese momento su propia madre le rompía los 4 dedos más pequeños y los aprisionaba contra el talón para luego vendarlos con seda o algodón. Este ritual se repetía cada dos días con vendas limpias y durante 10 años.
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